Como decíamos en un blog anterior, la migración internacional ofrece muchos beneficios, pero también tiene retos y dificultades. Comprender y gestionarlos adecuadamente en las Américas es esencial para aprovechar sus oportunidades en un contexto de creciente interdependencia global. 

Veamos cuáles son algunos de los desafíos más importantes a tener en cuenta:

1. Regularización y gobernanza

Uno de los principales desafíos de la región es el de asegurar un ecosistema que favorezca que la migración ocurra de manera segura, ordenada y regular, un paso ineludible para garantizar a las personas en movilidad el acceso a derechos y servicios.

Ese proceso debe contemplar políticas de inclusión sostenibles que faciliten la integración social y económica de las personas migrantes. En Suramérica, un ejemplo de ello es el Acuerdo de Residencia del Mercosur, firmado en 2002 y que simplifica los procedimientos a los ciudadanos de los países miembros y estados asociados para obtener residencia en cualquier otro país signatario.

2. Condiciones laborales precarias

Pero alcanzar la regularidad migratoria no es suficiente para garantizar la inclusión de las personas migrantes, sino que hay muchos otros desafíos por delante: sin ir más lejos, y a pesar de su probada contribución al desarrollo, muchos de los 169 millones de trabajadores migrantes que la OIT estima que hay en el mundo enfrentan condiciones laborales difíciles, incluyendo precariedad, discriminación y falta de protección.

Según datos de ese organismo, además, las personas migrantes suelen ganar un 25% menos que los trabajadores locales, un hecho que resalta la necesidad de políticas que promuevan la igualdad de oportunidades y protejan sus derechos laborales, que van desde la certificación de títulos o la complementariedad de los sistemas de pensiones hasta hechos bien puntuales y concretos como la bancarización.

3. Necesidad de cooperación regional

Como fenómeno que trasciende fronteras, la cooperación entre los Estados es esencial cuando se trata de temas de migración. Las políticas armonizadas y los acuerdos regionales pueden facilitar la movilidad de personas, garantizar su protección y mejorar la gobernanza migratoria.

Algunos casos de éxito son mecanismos como el Foro Especializado Migratorio del Mercosur, desde donde han negociado los acuerdos en materia migratoria más avanzados del bloque regional, tal el caso del Acuerdo sobre residencia para nacionales de los Estados Partes, Bolivia y Chile; la Conferencia Suramericana sobre Migraciones, encargada de construir una Estrategia Regional para la Gobernanza de la Migración en América del Sur; y la Conferencia Regional sobre Migración, su par del hemisferio norte, que nuclea a países de América del Norte, Centroamérica y el Caribe.

Hacia un futuro sostenible

Para aprovechar al máximo los beneficios de la migración internacional y mitigar sus desafíos es crucial que los estados implementen vías regulares y procesos de regularización eficientes y coordinados, en línea con el Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular adoptado por la Asamblea General de Naciones Unidas en 2018.

Es que no se trata únicamente de un imperativo moral y de derechos humanos: es también una contribución a un desarrollo económico más inclusivo y sostenible, y una garantía para que la migración continúe siendo un motor en las Américas.

SDG 10 - REDUCCIÓN DE LAS DESIGUALDADES
SDG 11 - CIUDADES Y COMUNIDADES SOSTENIBLES
SDG 17 - ALIANZA PARA LOGRAR LOS OBJETIVOS